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Elfos Silvanos
No lejos del margen oriental del Bosque Negro, Bilbo y los Enanos tropezaron con los Elfos Silvanos. A mucha distancia ya se oyeron sus voces y trompetas, y al gordo de Bombur se le aparecieron en sueños. Sin embargo, eran unos expertos en aparecer y desaparecer sin hacer el más mínimo ruido. Con sus flechas podían acertar el ojo de un pájaro al vuelo en la noche más oscura.
Eran los Tawarwaith, el pueblo del Rey Thranduil, parientes de los galadrim de Lórien, que Frodo y sus Compañeros visitaron ochenta años después. Ambos pueblos eran descendientes de los Nandor, mezclados con una clase alta de Sindar inmigrados del oeste.
Tras la caída de Doriath surgió entre los Sindar un movimiento de crítica hacia la civilización que invitaba a volver a la vida sencilla en los bosques. Así mismo algunos Noldor -culpables de las destrucciones de la Tierra Media según los Sindar- se sentían próximos a esta tentativa. Muchos Elfos, que ya se habían acostumbrado desde hacía un tiempo a las comodidades más o menos urbanas de Menegroth o Nargothrond, volvieron a escalar los árboles, vivieron en Flets y aprendieron la lengua de sus parientes, más primitivos que ellos, porque los habitantes del bosque no sentían ninguna necesidad de dejarse civilizar. Aun los Sindar consiguieron una cierta armonía y unión de sus pueblos que vivían en grupos dispersos; y el Sindarin, a pesar de tener un fuerte acento de dialecto local, se convirtió poco a poco en la lengua común.
A principios de la Segunda Edad, los Tawarwaith habían vivido en inmediata vecindad con los galadrim al sur del Bosque Verde. Hacia el año 1000 S.E., se trasladaron más al norte, guiados por el padre de Thranduil, Oropher, para evitar el contacto con los Enanos de Moria, los Noldor de Eregion y la fobia constructora de ambos. También en Lórien gobernaba un Rey Sindar, Amdír, padre de Amroth, pero que no estaba tan enemistado con los Noldor y admitió a Galadriel.
Normalmente los Elfos Silvanos se mantuvieron apartados de las rencillas de sus vecinos, aunque sí participaron en la Guerra de la última Alianza contra Sauron (3430-3434 S.E.). Sus huestes mal armadas obedecieron a regañadientes las órdenes de Gil-galad. Sufrieron grandes pérdidas y los Reyes de ambos pueblos, Oropher y Amdír, cayeron en la Batalla de Dagorlad.
Bajo el reinado de Thranduil, los Tawarwaith tuvieron que marchar aún más hacia el norte para escapar a las continuas amenazas procedentes de Dol Guldur desde 1050 T.E. La comunicación con los parientes del sur quedó cortada temporalmente. Después de que los enanos huyeran de Moria, muchos elfos abadonaron Lórien, entre ellos su Rey Amroth; Galadriel y Celeborn gobernaron a los que decidieron quedarse.
Thranduil tomó parte en la Guerra de los Cinco Ejércitos con una hueste de Elfos Silvanos. En la Guerra del Anillo, tanto los Tawarwaith como los galadrim tuvieron que defenderse de violentos ataques de los aliados de Sauron. Al final, Celeborn y Thranduil se reunieron en medio del Bosque Negro y repartieron de nuevo el territorio: el norte le correspondió a Thranduil; el sur, a Lórien; y la parte central a los Beórnidas y otros Hombres del Bosque.