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Lamento por Théoden
Esta es una canción que se cantaría tiempo después de los hechos en Rohan, aunque en el libro se escribe cuando Théoden regresa a Edoras, tras resistir en el Abismo de Helm y recuperar Isengard, cuando la Sombra comienza a cubrir el reino.
Véase Capítulo 3 - El Acantonamiento de Rohan del Libro Quinto de 'El Retorno del Rey'.
Traducción Española
Del Sagrario sombrío en la mañana lóbrega
parte con escudero y capitán el hijo de Thengel
hacia Edoras. Las brumas amortajan
el palacio de los Guardianes de la Marca,
las tinieblas envuelven las columnas de oro.
Adiós, saluda a las gentes libres,
el hogar, el trono, en los sitios sagrados
de las celebraciones en los tiempos de luz.
Avanza el rey: atrás el miedo
y adelante el destino. Leal y fiel,
todos los juramentos serán cumplidos.
Avanza Théoden. Cinco noches y cinco días
hacia el Este galopan los Eorlingas: seis mil lanzas
en el Folde, la Frontera de los Pantanos y el Firien,
camino al Sunlendin, a Mundburgo, la fortaleza
de los reyes del mar al pie del Mindolluin,
sitiada por el enemigo, cercada por el fuego.
El Destino los llama. La Oscuridad se cierra
y aprisiona caballo y caballero: los golpes lejanos de los cascos
se pierden en el silencio: así cuentan las canciones.
Original Inglesa
From dark Dunharrow in the dim morning
with thane and captain rode Thengel’s son:
to Edoras he came, the ancient halls
of the Mark-wardens mist-enshrouded;
golden timbers were in gloom mantled.
Farewell he bade to his free people,
hearth and high-seat, and the hallowed places,
where long he had feasted ere the light faded.
Forth rode the king, fear behind him,
fate before him. Fealty kept he;
oaths he had taken, all fulfilled them.
Forth rode Théoden. Five nights and days
east and onward rode the Eorlingas
through Folde and Fenmarch and the Firienwood,
six thousand spears to Sunlending,
Mundburg the mighty under Mindolluin,
Sea-kings’ city in the South-kingdom
foe-beleaguered, fire-encircled.
Doom drove them on. Darkness took them,
Horse and horseman; hoofbeats afar
sank into silence: so the songs tell us.